Servicios corporativos: estrategia de datos e información del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ)
Un replanteamiento profundo de la tecnología ha transformado el funcionamiento del banco y ha sentado las bases para la innovación futura.
En los últimos años se han producido cambios drásticos en la forma en que se gestionan los datos y la información en el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda. Un factor fundamental para este cambio fue el establecimiento de una estrategia de datos e información en 2022, junto con una reestructuración interna del banco y la puesta en marcha de varios proyectos de infraestructura importantes, que comenzaron a dar sus frutos en 2024.
Kate Kolich, vicegobernadora y directora del grupo de información, datos y análisis, se incorporó al banco hace tres años y encabezó los esfuerzos para cambiar la forma en que el RBNZ trabaja con los datos. Ella describe a la institución como «un poco rezagada» antes de que se lanzara la estrategia, pero afirma que desde entonces ha logrado ejecutar un «ambicioso programa de trabajo». Los cambios han llevado al RBNZ a la vanguardia de la gobernanza de datos entre los bancos centrales.
«Hemos alcanzado todos los objetivos que nos propusimos en nuestra estrategia original de datos e información, y ahora estamos en la segunda fase», explica Kolich a Central Banking. «Es un facilitador para proyectos y programas críticos en toda la organización».
Varios factores impulsaron un importante replanteamiento sobre los datos entre los ejecutivos del RBNZ. Una revisión realizada por un grupo de economistas independientes instó al banco central a intensificar su supervisión y análisis económico, entre otras cosas mediante un mejor uso de los datos. Pero quizás el factor más importante, y la lección más dolorosa, se produjo en 2021, cuando el RBNZ sufrió una brecha cibernética después de que unos delincuentes lograran acceder a una aplicación de transferencia de archivos de terceros, Accellion. Un informe sobre el asunto reveló que Accellion no había advertido al RBNZ durante varios días después de la violación inicial, pero los revisores dijeron que el banco también estaba utilizando el sistema de una manera que no era la prevista y lo dejaba vulnerable.
Michelle Burke, directora de gestión del conocimiento y la información del RBNZ, afirma que las revisiones internas posteriores identificaron la necesidad de tomar medidas. En 2022 fue ascendida a su cargo actual y se le encomendó la tarea de rediseñar la gobernanza de los datos y la información en el banco central, una función que, según ella, «no tenía realmente un hogar» anteriormente. La dirección de datos y estadísticas también pasó de la estabilidad financiera al recién creado grupo de información, datos y análisis, lo que pone de relieve el carácter transversal de su trabajo.
Burke afirma que la primera versión de la estrategia de datos e información se diseñó para sentar las bases de los cambios futuros. Una parte fundamental de la misma fue el proyecto de mejora de la gestión de la información, una iniciativa diseñada para crear formas de trabajo comunes en todo el banco y romper los silos. En lugar de empezar por la tecnología, el equipo comenzó por las personas, recopilando información sobre lo que el personal del RBNZ necesitaba para hacer mejor su trabajo, así como identificando lo que funcionaba bien, lo que a su vez contribuyó a que el personal se sintiera incluido en el proceso de transformación. «Ayudó al personal del banco a saber cuál era su papel en todo esto», afirma Burke.
El equipo entrevistó a sus colegas e identificó «personajes» clave (productores de datos, consumidores, responsables de la toma de decisiones), lo que luego orientó las decisiones sobre qué tecnología adoptar. También trazaron el «ciclo de vida» de la gestión de datos, desde la idea inicial de recopilar un punto de datos útil hasta la ingestión, el procesamiento, el almacenamiento, el análisis y la eventual destrucción de los datos. Esto ayudó a las personas de diferentes departamentos a comprender cómo encajaban en el proceso y cómo les beneficiaría.
El trabajo pasó a la fase de construcción en los últimos 18 meses, y uno de los principales resultados fue una plataforma llamada Puna. Puna, que significa «estanque» en maorí, es una plataforma de datos y análisis basada en la nube que ofrece herramientas que pueden utilizar el personal de todos los departamentos del banco. Puna se lanzó en 2024 con un proyecto de análisis del ciclo de vida de los billetes utilizando grandes volúmenes de datos procedentes de máquinas clasificadoras de billetes. El RBNZ está creando ahora un centro de datos para su equipo de gestión de tesorería en Puna. Los economistas son los siguientes en la lista y deberían tener acceso a nuevos conjuntos de datos más detallados a mediados de 2026.
Puna permite a los no especialistas trabajar con datos de forma segura. Se utilizan metadatos para organizar los datos y garantizar que solo las personas adecuadas puedan acceder a la información confidencial. El sistema está conectado al centro de ciberseguridad para supervisar cualquier actividad sospechosa, y se realizan pruebas de penetración periódicas para detectar posibles puntos débiles.
Puna se basa en la arquitectura proporcionada por Snowflake, un sistema que se utiliza cada vez más en el sector financiero en general y que podría permitir un intercambio de datos más sencillo entre los bancos comerciales y el RBNZ. Snowflake también separa el almacenamiento de la computación y solo cobra por lo que se utiliza, lo que facilita la gestión de los presupuestos y permite ver qué equipos utilizan más recursos.
Además de Puna, el RBNZ se encuentra en pleno proceso de adopción de un nuevo sistema electrónico de gestión de documentos y registros, que se espera que entre en funcionamiento a finales de año. Un paso futuro será la adopción de herramientas de inteligencia artificial. Se espera que estas herramientas faciliten aún más a los no especialistas la extracción de información a partir de los datos. Estos avances han sido mucho más factibles gracias a las bases ya sentadas en términos de gobernanza de datos e infraestructura.
«Como banco central, necesitamos disponer de datos y conocimientos realmente sólidos para poder interactuar con el sector», afirma Kolich. «Contar con una plataforma como esta ha revitalizado la organización».
Los Premios de la Banca Central 2025 han sido redactados por Christopher Jeffery, Daniel Hinge, Daniel Blackburn, Joasia Popowicz, Riley Steward, Jimmy Choi, Levente Koroes, Thomas Chow y Blake Evans-Pritchard.
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